Centro Histórico está rodeado de centenares de edificios construidos durante los últimos cinco siglos, y siente la impresión de estar paseando por un museo de arte.
Catedral Basílica Menor de la Inmaculada Concepción donde vale la pena admirar su estructura que ha permanecido intacta y hermosa.
Gastronomía duranguense de la que destacan el caldillo, preparado con carne seca o fresca y con chile rojo; la pierna de cerdo en pulque o el pipián en salsa de pepita con chiles guajillo y ancho.
Espinazo del diablo, la recomendación es llegar temprano al mirador de Buenos Aires para disfrutar la neblina y observar el majestuoso camino de montañas y barrancas.
Zona del Silencio, una tierra indómita y desértica que ha despertado interés mundial por sus leyendas, su encantador misterio y los fenómenos que ahí habitan.
Pueblo Mágico de Mapimí donde puedes ver arquitectura de los siglos XVII y XVIII, pasear por sus callejones y contemplar lugares como la sede del Departamento de Comercio, un viejo y bien conservado edificio que te remonta a siglos atrás cuando era un pueblo minero que comenzaba a florecer.
Mina de Ojuela fue testigo de impresionantes historias las cuales descubrirás a lo largo de sus 450 Kilómetros de túneles construidos en el crisol del pueblo hace varios siglos atrás.
Villas del Oestees el paraíso para quienes jugaba a indios y vaqueros pues se trata de un parque temático construido como set cinematográfico y donde cada fin de semana montan espectáculos para toda la familia.
*Con información de visitmexico.com
*Fotografías: Secretaría de Turismo del Estado de Durango
